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Por Andrés Vallejo y Pedro Jiménez
Ilustración modificada de Conservation International y CECIA

Parque de la Paz
continuación (2/3)

Límite propuesto para el Parque Nacional Cordillera del Cóndor.

Inclusive hay uno entre nuestro país y Colombia: la Reserva Awá en el norte de Esmeraldas y el sur del Chocó, además existe una propuesta para crear una reserva secoya entre Ecuador y Perú en la zona del río Lagartococha.

La propuesta de los garantes

El documento entregado por los garantes y ratificado por los congresos de los dos países, propone la creación de dos reservas naturales, una a cada lado de la frontera previamente establecida en las cumbres de la Cordillera del Cóndor, colindantes y con el mismo nombre, pero cada una sujeta a la legislación y administración de su respectivo país.

Esta zona coincide con el área del conflicto del Cenepa, y comprende 54,4 kilómetros cuadrados en Perú y 25,4 en Ecuador, incluyendo el kilómetro cuadrado ecuatoriano alrededor de Tiwintza.
Para Günter Reck, director del Instituto de Ecología Aplicada de la Universidad San Francisco de Quito, la creación de una reserva de estas características cumpliría con sus objetivos políticos, pero es insuficiente para cumplir con objetivos serios de conservación. Apenas protegería un pequeño porcentaje de la cordillera del Cóndor, y la gran variedad de ecosistemas presentes en la zona, muchos de ellos únicos en el mundo, no estaría adecuadamente representada.

El área más diversa de Sudamérica


“En solamente tres semanas en la cordillera del Cóndor, pudimos recoger más de 900 especímenes de plantas en condiciones de reproducción, que representan aproximadamente 800 especies. Ésta fue la experiencia de recolección de plantas de selva tropical más productiva que jamás haya tenido ninguno de nosotros, nos sentimos realmente abrumados por ella”. Robin Foster es enfático, y su testimonio impresionante si tomamos en cuenta que entre “nosotros” estaban incluidos los principales especialistas mundiales en botánica tropical: Alwin Gentry y el mismo Foster. Así mismo señalan que de 40 especies de orquídeas encontradas en la cuenca del Machinaza, al menos 26 son nuevas para la ciencia. De hecho, el estudio de Conservation Internacional del que formaban parte, junto con otros biólogos de Ecuador, Perú y Estados Unidos, concluye que no hay área de ese tamaño que sea más diversa y menos conocida en toda América del Sur, ni siquiera la llanura amazónica o El Chocó.

Además de señalar la gran variación de ecosistemas debido a las diferencias altitudinales y la confluencia de especies tanto amazónicas como andinas dentro de ellos, hacen hincapié en las características únicas que se presentan por el hecho de que es un macizo aislado de los Andes principales. Lo que más les llamó la atención es un tipo de vegetación distinto de todos los que se conocen hasta ahora, encontrada en las cumbres y colinas de la Cordillera: praderas con cúmulos de orquídeas, bromelias, arbustos, palmeras enanas y helechos, parecida a la vegetación que se halla en lo alto de los tepuis venezolanos.

No solo su importancia científica y ecológica debió haberlos maravillado. Quien se adentra en estos bosques se encuentra con un paisaje sobrecogedor y misterioso. La niebla y los musgos constituyen el húmedo ropaje con que se cubren las ramas de retorcidos árboles y arbustos, el continuo goteo de la vegetación se va filtrando entre las hojas muertas para formar pequeños arroyos que se vuelven más y más ruidosos conforme avanzan por la pendiente hasta precipitarse en innumerables cascadas que con su juvenil alegría anuncian al venerable Amazonas. Estas cascadas que adornan de lado y lado el encañonado del río Nangaritza, que las recibe con un bosque muy diferente al que les dio vida, con árboles que sobrepasan los 30 metros, forman uno de los espectáculos naturales más deslumbrantes del país. De la misma manera sorprenden las galerías sin fondo de las múltiples cuevas que se encuentran en la región, donde los huácharos o tayos, unas aves adaptadas a la oscuridad, y los murciélagos, son los soberanos.


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