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Por
otro lado, de acuerdo con la Convención
sobre el Comercio Internacional de Especies
Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES)
este animal se encuentra listado en el Apéndice
I, el cual incluye a todas las especies en peligro
de extinción, y de las cuales existe
prohibición absoluta de comercio internacional.
El Grupo de Especialistas en Mamíferos
del Ecuador las considera como una especie en
peligro crítico de extinción a
nivel nacional, es decir, que enfrenta un riesgo
extremadamente alto de desaparecer en un futuro
inmediato. Este extremo grado de amenaza lo
comparte únicamente con el manatí
amazónico, siendo las dos especies de
mamíferos más amenazados en el
Ecuador.
La actual condición de amenaza de las
nutrias gigantes, se debe entre otros factores
a una intensa cacería y comercio de pieles
llevado a cabo desde mediados de los años
40 hasta mediados de los 80. Entre 1960 y 1967
se exportaron desde el Brasil 40.000 pieles
de nutrias gigantes; sólo el estado brasileño
del Amazonas produjo 7.510 pieles entre 1950
y 1965; entre 1946 y 1973 se exportaron desde
el Perú 24.000 pieles, y solo en 1965
se exportaron 1.032 pieles desde la Amazonía
colombiana. Esta información corresponde
a datos oficiales sobre el número de
pieles exportadas legalmente desde cada uno
de estos países, pero para llegar a estas
impresionantes cifras de animales comercializados,
seguramente fue necesario sacrificar unos cuantos
cientos más. Las pieles fueron exportadas
principalmente a Estados Unidos y Europa, sobre
todo a Italia y Alemania. Por otro lado, no
disponemos de información suficiente
que permita estimar el número total de
pieles que han sido y continúan siendo
comercializadas ilegalmente.
En el Ecuador, las nutrias gigantes fueron también
objeto de una intensa cacería llevada
a cabo desde finales de los años 50 hasta
mediados de los 80; desafortunadamente no disponemos
de información sobre el número
de animales que fueron sacrificados. Sin embargo,
es evidente que han desaparecido de algunas
zonas de su área de distribución
original, especialmente de buena parte de lo
que hoy es el territorio de la Reserva Cuyabeno.
Las poblaciones de nutrias gigantes parecen
no haberse recuperado y solo quedan algunos
grupos remanentes en la región central
y sur de la Amazonía ecuatoriana. Por
otro lado, la contaminación de los ecosistemas
acuáticos amazónicos debido a
las actividades petroleras, constituye otra
de las principales amenazas que enfrenta en
la actualidad esta especie en el Ecuador.
El conocimiento de estos animales y de los ecosistemas
donde se desarrollan continúa siendo
limitado, especialmente en el Ecuador donde
apenas hemos empezado a estudiarlos; es prioritario
realizar investigaciones que permitan obtener
información específica sobre su
distribución, abundancia, usos de hábitat
y la respuesta de la especie ante los cambios
que sufren los ecosistemas acuáticos
amazónicos, debido a la creciente presión
humana. Si logramos proteger y conservar a las
últimas nutrias gigantes también
lograremos dar un paso importante hacia la conservación
de la Amazonía.
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