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Por Ernesto Salazar

La Historia Natural del Reino de Quito

Una de las ilustraciones que grafica uno de los mitos que se exponen en la obra del Padre Juan de Velasco.

Escudriñando en la historia de los primeros naturalistas y científicos de nuestro país nos encontramos con la Historia Natural, el tomo 1 de la gran obra la Historia del Reino de Quito en la América Meridional, escrita en la década de 1770, por uno de los pioneros olvidados: el padre Juan de Velasco. Esta última es una publicación muy controvertida debido a la inclusión del episodio sobre los shyris. Por ello, la mayoría de los críticos, inmersos en la encendida polémica, simplemente se olvidaron de la primera parte: la Historia Natural. Los pocos que se fijaron en ella como Jacinto Jijón y Caamaño, la encontraron tan insignificante y llena de mentiras, que apenas se dignaron comentarla.

En 1789, Juan de Velasco envió desde Italia el manuscrito de toda su obra a la Corona española, solicitándole su impresión. La Corona pidió a su vez su opinión a la Academia de la Historia. En el informe final se aprobó su publicación, pero con sugerencias editoriales y correcciones históricas. No sabemos qué sucedió luego. Parece que Velasco no hizo corrección alguna y poco después murió. Por lo demás, la Corona española jamás publicó la Historia del Reino de Quito.

En todo caso, sobre la Historia Natural, la Academia dijo que era “muy imperfecta e inexacta en las descripciones”, y recomendó que más bien se la publique como un apéndice de la monumental obra del jesuita. Es posible que Velasco haya escrito sus disquisiciones naturales de memoria, como aparentemente lo hizo con el resto de su obra. Pero en el caso de la Historia Natural, su memoria se afinca en la vivencia: sus diálogos con la gente y sus excursiones por el paisaje ecuatoriano (él mismo señala que cruzó varias veces “de la una a la otra parte de las cordilleras”).

No se puede negar que haya muchas imprecisiones; pero en general se trata de agradables e ingenuas “mentiras”, recogidas a menudo del vulgo que inquiere, experimenta y explica de mil maneras las propiedades de los minerales, la flora, la fauna y lo inusual de ciertos fenómenos naturales. Por citar algunos ejemplos, hay en la Historia Natural enfermedades que se adquieren con solo pasar bajo un árbol, plantas que se originan de insectos y pájaros que nacen de plantas (zoófitos), culebras que se originan de mechones de pelo, entre otros.

…el bejuco llamado tamshi. Este es delgado, obscuro, fortísimo, y muy largo, del cual hacen los indianos de Maynas petaquillas, canastos, y otros utensilios de mucha duración, que he visto. Nace este bejuquillo de un hormigón, grande como cuatro dedos, llamado ínsula, cuyo aguijón venenoso causa una calentura que hace delirar 24 horas. Cuando este se conoce ya viejo, se entierra del mismo modo que el antecedente, y se divisa como aquel a los principios. Dan fe, y testimonio de estos los misioneros, por su frecuente ocular experiencia.

…el pajarillo de Barbacoas. Este raro y vistoso fenómeno proviene de un árbol, de cuya flor sale por fruto el pequeño embrión, de poco a poco se va formando, y perfeccionando, en verdadero, y viviente pajarillo.

Lee el artículo completo en la edición No 7
de ECUADOR TERRA INCOGNITA

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