Carta del editor
Quienes fueron niños en los setenta quizá recuerden como yo los aparatosos y adorables aterrizajes de Orville, el avión de Bernardo y Bianca en esta película animada. Orville era un albatros. Los realizadores de la película se inspiraron para esas secuencias en la torpeza terrestre de los albatros reales. En el artículo que abre esta edición conoceremos más sobre estas aves, específicamente sobre el albatros de Galápagos. Aprenderemos, por ejemplo, que su indisposición terrestre es el costo por ser, por otro lado, una de las aves con el vuelo más eficiente. Esta capacidad les permite buscar alimento para sus crías en mares lejanos sin descuidar su nido. Como consecuencia, sus vidad se desarrollan en vastas áreas que implican a varios países –en este caso Perú y Ecuador– y su conservación tiene problemas cuyas conexiones no siempre son evidentes.
Otra estirpe marina cuyo éxito depende de su habilidad comparativa en los mares y su sagacidad para transgredir fronteras –ahora imperiales– es la de los piratas. Durante el apogeo del imperio español, una de las principales amenazas a su monopolio americano fueron estos héroes-villanos que asolaban puertos y navíos. Se tiende a asociar a los piratas con el Caribe. Si bies es allí donde sus actividades feron más intensas y prolongadas, el acecho de los piratas también se extendió al océano Pacífico, entonces Mar del Sur. Poco sabemos los ecuatorianos de sus visitas –si cabe la cortesía del término– que hicieron a nuestros puertos, y la relevancia que tenía su persistente amenaza en la vida cotidiana de sus habitantes. En las páginas siguientes conoceremos los detalles de una de esas expediciones –la de Woodes Rogers en 1709– que aterrorizó a Guayaquil.
En este número nos adentramos en dos casos
particulares, pero que ilustran tribulaciones
comunes a los ríos ecuatorianos. El río Pita,
fuente de agua y solaz para los quiteños, es lesionado
por la indolencia de sus múltiples usuarios. Más al sur, en el Topo, río legendario, destino de
científicos seducidos por su unicidad, motivo
pictórico y atractivo turístico, la voracidad de un
modelo de desarrollo energéticamente intensivo necesita erigir una represa, otra más. Esperamos
que estos artículos contribuyan a generar un
debate que vaya más allá de la retórica.
Además, rescatamos para nuestros lectores una muestra del arte gráfico popular, oficio que va desapareciendo ante la eficiencia y velocidad del plóter, mas devastadoras que las de cualquier bergantín.
Correo
Debate minero
He leído mucho el debate sobre la nueva ley minera y quiero ofrecer una opinión positiva. Soy australiano y he trabajado varios años en el campo de restauración de minas. En efecto, el concepto de "minería sustentable" no tiene sentido –los minerales no se regeneran y solo tenemos oportunidad de sacarlos una vez. Sin duda, el impacto al medio ambiente en los sitios de operación es total. Sin embargo, toda actividad económica deja huellas. Por ejemplo, la ganadería ha impactado profundamente un gran porcentaje del Ecuador. La realidad del paradigma mundial es que necesitamos generar dinero. La gran ventaja de la minería es que el retorno económico de cada unidad de área perturbada es potencialmente altísimo.
El desafío de la minería es minimizar su huella evitando la contaminación de aguas que salen del sitio y dejando el sitio en una condición estable a largo plazo. Aunque hay muchas historias negativas de la minería, en Australia los ejemplos positivos están aumentando. Por ejemplo, la empresa Alcoa estaba extrayendo aluminio por casi cincuenta años en el sur oeste de Australia –en 2007 esta mina producía más de 2 mil millones de dólares a la economía Australiana. No han impactado las aguas y de las 17 500 hectáreas perturbadas, 15 mil han sido restauradas com más del 80% de su biodiversidad original. Obviamente, los gobiernos y las empresas deben trabajar duro y con acuerdos de largo plazo para lograr estos retos. Mecanismos obligtorios para asegurar el éxito son: 1) contratos que definan claramente los límites de contaminación externa y la condición de restauración posterior; 2) multas significativas si las condiciones ambientales empeoran y un fondo de garantía con dinero suficiente para cubrir todos los cosotos de restauración si la empresa quiebra; 3) capcidad técnica demostrada.
Mark Gardener , Puerto Ayora
Reserva marina Galera San Francisco
Me parece importante hacer una observación con respecto al artículo “Pescando el futuro”, de Marisol Ayala (no. 57). Al final del artículo parecería que las cosas se quedan sin seguimiento
luego de la declaratoria de la reserva
marina. Por fortuna, justamente uno de los
principales compromisos de las instituciones
involucradas fue que brindaríamos apoyo para
el diseño del plan de manejo. De hecho, ya se
contrató al Instituto de Investigaciones
Marinas Nazca para desarrollarlo, y ya se ha
iniciado el primer taller con los actores de la
zona para identificar una visión conjunta, las
principales líneas estratégicas y los objetivos
de conservación: coral negro, arrecifes rocosos, manglares y estuarios.
Con esto quiero decir que la declaratoria es
el primer paso y que tenemos mucho trabajo
por delante hasta asegurar mecanismos de sostenibilidad
con beneficios locales. En este camino estamos The Nature Conservancy,
Nazca, Conservación Internacional, fundación
Futuro Latinoamericano, Ecolex, entre otras instituciones.
Tatiana Égüez, Quito
Fotografía y ciudadanía
Felicitaciones por los artículos sobre los ríos Topo y Pita (no. 58), especialmente por haber incluido en este último fotografías que muestran
el maltrato al río pichinchano. Las imágenes
pueden ser un importante mecanismo
de denuncia y concienciación, y no solo sirven para
mostrar las cosas bonitas.
Yo tengo, por ejemplo, una importante colección de fotos de autos oficiales parqueados
en las veredas, que me encantaría que sean
publicadas.
A partir de ahí, quisiera compartir con sus lectores una propuesta para mejorar el control de los autos mal estacionados: en lugar de anunciar cada seis meses una campaña para multar a quien se estaciones sobre las veredas, que solo los medios saben que está en marcha, pero los policías encargados de implementarla no, ¿por qué no nos dejan a los afectados –los peatones– participar en el control? Bajo este esquema, cualquier ciudadano podría fotografiar
un automóvil sobre una vereda de manera
que se lo pueda identificar inequívocamente.
Esa fotografía sería receptada por una comisaría,
donde se procedería a enviarla, junto con
una notificación de multa, al propietario del vehículo. Sería una buena herramienta para que
los peatones nos defendamos efectiva y pacíficamente
ante la invasión de nuestros espacios,
terminando con la impotencia en que nos
encontramos ahora.
Esteban Portilla, Loja
A mis manos llegaron las dos últimas publicaciones
de Ecuador Terra Incognita. Me parece
una revista responsable, informativa y de gran
calidad. Las fotografías y el diseño logran capturar
inmediatamente el interés del lector. Me
alegra saber que en Ecuador se publica información
tan interesante, muchas veces difícil de
encontrar en otros medios de comunicación.
Creo que se podría complementar su trabajo realizando documentales para la televisión pública
sobre los artículos más importantes y de esa manera
alcanzar una mayor difusión de su mensaje.
Aunque entiendo la importancia de la publicidad para una revista, me encantaría que se aumentara la cantidad de páginas para ampliar y profundizar en los artículos centrales de cada número. También me gustaría que realizaran
una investigación sobre músicos ecuatorianos
que a través de su lírica construyen
una parte importante de la identidad del país.
Pablo Coig, Miami
* Correo es un espacio de diálogo. Envía tus opiniones
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