| Este es el eslogan escogido por varias instituciones para promover la conservación de las palmas de ramos (Ceroxylon spp.) y de dos especies de aves: el loro caripero (Ognorhynchus icterotis) y el perico cachetidorado (Leptossittaca branickii).
¿Por qué están extinguiéndose? Hay varias razones, como la cacería y la destrucción de los bosques. Pero también contribuye la cosecha de hojas de las palmas de ramos donde anidan, descansan y se alimentan estos animales. En efecto, antes de cada Semana Santa se activa un dinámico mercado de hojas de estas palmas para elaborar adornos que, en manos de los feligreses, son llevados hasta la iglesia donde son bendecidos. Así, recordando con cantos la vida y muerte de Jesús, se produce también otra muerte: la de palmas y loros.
Existen iniciativas para sancionar a los cazadores furtivos y para detener la destrucción de los bosques, pero poco se hace en torno al problema asociado con la cosecha intensiva de hojas de palma. Para solucionar este asunto, se ha sugerido cambiar las palmas por otras especies como totora, hojas de choclo, laurel, romero, o llevar plantas vivas y arreglos florales para ser bendecidos. Estas alternativas beneficiarían a la naturaleza y a los bolsillos de los feligreses, pues las palmas cuestan cada vez más (en 2005 una carga costaba la mitad que en 2006).
En Quito, importante mercado de este producto, un 75% de vendedores encuestados el año pasado, aseguró que no le importaría cambiar de plantas, y de hecho en la Costa, donde los ramos son un lujo, se usan otras especies. Sin duda un espaldarazo a esta iniciativa podría venir de los consumidores que se negaran a adquirir palmas de ramos. Pero también sería clave que las autoridades eclesiásticas apoyen la iniciativa, asunto que se ha logrado de forma puntual en algunas parroquias, pero no en las altas esferas de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana; según los obispos, “no está plenamente demostrado que esas dos especies de loros sean altamente dependientes de la palma de ramos”. Se parece bastante esta respuesta a la que recibiera Galileo hace 400 años negando el movimiento planetario... Y sin embargo, se mueren.
Información sobre la campaña
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