Lunes.
Cientos de fábricas y cerca de 200.000
automóviles encienden sus motores arrojando
al aire toneladas de humo y gases tóxicos.
Amanece en Quito, la Carita de Dios.
En Quito y Guayaquil, al igual que en las grandes
metrópolis latinoamericanas como México
D.F., Santiago de Chile y Bogotá, la
contaminación del aire ha originado una
enorme nube tóxica sobre las ciudades.
Algo similar empieza a ocurrir en el resto del
Ecuador.
En Quito, la cantidad de humo y monóxido
de carbono disueltos en el aire han alcanzado
niveles que sobrepasan los permitidos por la
Organización Mundial para la Salud (OMS).
De acuerdo a Fundación Natura y el Municipio
Metropolitano, en la capital el 80% de la contaminación
del aire es originada por automóviles,
que generan 300.378 toneladas métricas
de elementos nocivos al año, y el restante
20% por el sector industrial y otras actividades.
Un artículo publicado por el diario Expreso
el 17 de mayo de este año asevera que
en Guayaquil los vehículos producen 44.000
toneladas métricas de elementos nocivos
al año, lo que significa el 65% de la
contaminación; las plantas eléctricas
contribuyen con el 21% y las industrias con
el 14%. Estas cifras corresponden a un estudio
realizado en 1997 por el biólogo Leonardo
Maridueña para el Municipio de Guayaquil.
Quito: un valle encerrado entre montañas
En la capital, al gran crecimiento vehicular
(7% anual, más el doble del crecimiento
poblacional), la mala organización del
tránsito, la calidad de los combustibles,
el mal estado y manejo de los vehículos
de transporte público y la irresponsabilidad
y desconocimiento de la gente, se suma la particular
topografía de la ciudad.
Quito se halla ubicada en una meseta a los pies
del volcán Pichincha, rodeada por lomas
y montañas; esto impide que exista una
buena circulación de aire. Según
los registros de velocidad de aire, en 1998
el 40% de la frecuencia relatriva anual correspondió
a lo que los expertos califican como calmas,
vientos de 0,2 a 1 mseg, casi imperceptibles
y solo el 5% a brisas leves con vientos de 3,4
a 5m/seg.
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el artículo completo en la edición
No 4
de ECUADOR TERRA
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