N° 35 Mayo - junio de 2005
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Texto Paola de la Vega
Foto Virgina Pérez

El mito de una poesía olvidada

Esta foto de final de la década de 1920 muestra al poeta junto a su hermana Fanny.

El poeta ecuatoriano Alfredo Gangotena (1904-1944) sigue siendo, más que uno de nuestros más destacados creadores, un mito en las letras del país.

Gangotena vivió en París, junto a su familia, desde 1920, época de auge de las vanguardias artísticas. Los siete años de residencia en esta ciudad fueron determinantes en su escritura y en su configuración como poeta. En París, sus amigos fueron nada menos que los escritores Max Jacob, Jean Cocteau, Jules Supervielle y Henri Michaux, quienes reconocieron el indudable valor de su obra poética.

A partir de 1923, con apenas diecinueve años de edad, Gangotena comenzó a publicar sus poemas escritos en francés en las más prestigiosas revistas literarias de ese país. Tras la aparición de estos poemas, y a propósito de su dominio de la otra lengua, Max Jacob le diría: “Usted ha tenido los dones del Espíritu Santo. Hace poco tiempo no sabía nada del francés y ahora ya quisieran muchos escritores de fama tener un uso tan maravilloso como el suyo”. Con este antecedente queda claro que Gangotena no solamente forma parte del grupo de poetas latinoamericanos que escribieron en francés, sino que, a diferencia de Jorge Carrera Andrade y César Vallejo, se apropió de la otra lengua y se convirtió en un poeta bilingüe. Entender esta afirmación supone reconocer también el valor de su poesía en español, por demás extraordinaria.

Uno de los mitos que se han creado alrededor de Gangotena es que fue un poeta que sólo escribió en francés, y por ello muchos de sus compatriotas se han negado a acercarse a su poesía, justificándose en su desconocimiento de la otra lengua. Por ello, es necesario devolverle al poeta su voz en español y entender que escribió simultáneamente en las dos lenguas, aunque hubo momentos en los que la una cobraba mayor protagonismo que la otra: el francés, entre 1923 y 1928, y el español, entre 1938 y 1944. Para Virginia Pérez, quien se ha dedicado desde hace más de doce años a leer y reflexionar alrededor de la poesía de Gangotena, los escritos, los documentos dejados por el poeta, y los fragmentos y anotaciones repartidos en varias hojas, revelan “la coexistencia simultánea de ambas lenguas en su mente”.

Prueba de ello es que mientras vivía en París, envió poemas escritos en español a revistas latinoamericanas. Su libro Absence fue escrito en francés ya de regreso a Quito, y contiene dos poemas escritos en español. Nuit, libro escrito también en francés, fue enviado desde Ecuador en 1938. Por otro lado, sus llamados poemas varios, incluidos en la edición de 1956, y luego en la reedición de 2004, publicada por la Casa de la Cultura, están escritos en español y forman parte de sus más destacadas creaciones.



Lee el artículo completo en la edición No 35 de ECUADOR TERRA INCOGNITA

 

 

 


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