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Por Carlos Boada
Foto Murray Cooper

Nuestra megadiversidad desconocida

Por la condición de país megadiverso, el Ecuador concita la atención de científicos de alto nivel, que en muchos casos descubren nuevas especies para la ciencia o nuevos registros para el país.

Cuántas veces hemos escuchado decir y, por supuesto con mucho orgullo, que el Ecuador es considerado como un país megadiverso? Gracias a esta condición, nuestro país constituye un gran atractivo para turistas de todo el mundo.

Varios son los factores que han dado esta privilegiada situación al Ecuador. La ubicación geográfica es uno de ellos, pues por encontrarse en la zona tropical, mantiene un clima propicio en las partes bajas, las mismas que generan una gran cantidad de recursos aprovechables para una amplia variedad de especies.

Un segundo elemento favorable es el paso de las corrientes marinas cerca de las costas del Ecuador. Este ha influido para la existencia de una alta diversidad. Por un lado, la corriente fría de Humboldt actúa en la zona suroccidental, creando ecosistemas con su propia variedad de flora y fauna adaptadas a largos ciclos sin lluvias (bosques secos). Muy diferentes, por cierto, a las especies encontradas hacia el noroccidente, en donde hay zonas influenciadas por la corriente cálida de El Niño (bosques húmedos).

La cordillera de los Andes también jugó un papel trascendental al ser una barrera geográfica infranqueable para muchos organismos, lo que hizo que los individuos quedaran separados hacia occidente y oriente y formaran, con el paso del tiempo, nuevas especies. Además dio origen a una amplia variedad de zonas de vida que van desde el nivel del mar hasta los 6.310 msnm.

Además, nuestras grandes montañas brindan otro elemento favorable (en los últimos años este factor ha sido estudiado con mucha seriedad y, al parecer, sería el de mayor importancia): se ha encontrado que individuos que viven separados por tan solo 500 metros de altitud, que aparentaban pertenecer a una misma especie, presentan variaciones en su aspecto físico y genético, lo que significa que en realidad son especies diferentes o en proceso de especiación (generación de una nueva especie). Esto se ha visto principalmente en las estribaciones tanto orientales como occidentales de la cordillera andina.

Aquellos organismos, en muchos casos, no se encuentran dentro de áreas protegidas y, por lo tanto, son susceptibles de extinguirse. Los estudios demuestran que estas zonas constituyen, incluso actualmente, zonas donde se siguen dando ciertos procesos evolutivos que, al final, y con el paso del tiempo originarían nuevas especies.

Este conjunto de factores, nos convierten en el país con mayor diversidad en el mundo. La categoría nos pertenece si tomamos en cuenta nuestra pequeña superficie y la comparamos con la de otros países megadiversos como Brasil, India o Australia. En nuestro territorio hay más especies por kilómetro cuadrado.

Lejos de conocerlas

Para tener una idea de lo lejos que estamos de conocer a toda nuestra biodiversidad, basta citar algunos ejemplos de recientes descubrimientos en el Ecuador. Si hablamos de los mamíferos, por ejemplo, en los últimos dos años se han registrado por lo menos seis especies más de murciélagos y dos de ratones, una de ellas es nueva para la ciencia (el ratón bolsero, o Heteromys teleus, que habita en una reserva privada en la provincia de Cotopaxi).

Lee el artículo completo en la edición No 24

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