La
flora de las islas Galápagos es especialmente
importante para este grupo, con ocho de las
trece especies de cactus endémicos del
Ecuador (solo existen aquí).
Cactus de Galápagos
Cactus con distintas formas, tamaños
y colores, como el “cactus de lava”
(Brachycereus nesioticus), los “candelabros”
(Jasminocereus thouarsii) y las “tunas”
(6 especies de Opuntia), están
repartidas en casi todas las islas e islotes
del archipiélago. Frecuentemente se encuentran
en la parte baja de las islas, en la zona árida
y de transición a la zona húmeda,
pero pueden también encontrarse en los
puntos más altos como las cumbres de
los volcanes Wolf y Darwin de la isla Isabela.
Algunos pueden crecer sobre lava desnuda, otros
pueden formar bosques densos.
El tamaño varía notoriamente.
Los cactus de lava miden alrededor de 60 cm
de alto, los candelabros alcanzan hasta 7 m,
y las tunas pueden llegar a ser árboles
de 12 m, como Opuntia echios gigantea,
que es considerado el cactus más grande
del mundo. No solo llama la atención
el tamaño de las tunas sino su longevidad,
llegando algunas a vivir más de 150 años.
Los cactus desempeñan un rol importante
en el mantenimiento del equilibrio de los eco-
sistemas en Galápagos. No solo acumulan
agua para sí mismos, sino que al contrario,
calman la sed y el hambre de muchas especies
de animales que viven en las islas. En época
seca, iguanas y tortugas terrestres consumen
el agua y alimento de los troncos y tallos globulares,
llamados cladodios o almohadillas, y de los
frutos de las tunas; en pago, los animales dispersan
las semillas que los frutos contienen. Algunos
pájaros como pinzones, cucuves y palomas
también aprovechan los frutos, siendo
bastante estrecha la relación existente
entre los “pinzones de cactus” (Geospiza
scandens y G. conirostris) y las
tunas (Opuntia spp.), pues estos pajaritos
pasan la mayor parte del día sobre los
cactus y se alimentan del polen y néctar
de sus flores, convirtiéndose en piezas
fundamentales de la polinización.
Los cactus no solo han permitido que muchos
animales puedan vivir en condiciones extremas,
también han contribuido y desempeñado
un papel importante en cuanto a la historia
de los humanos en Galápagos; así,
las primeras personas que tuvieron que permanecer
en tierra, sobrevivieron gracias a que obtuvieron
agua de las pulpas de cladodios y frutas de
tunas. Este hecho se repite hasta la actualidad,
pues los cactus siguen comportándose
como verdaderos salvavidas. Pero no todas las
relaciones con el resto de habitantes de las
islas son tan cordiales; las poblaciones de
cactus están siendo amenazadas por burros
y chivos introducidos en su búsqueda
de fuentes de agua.
La
increíble capacidad que poseen los cactus
para suministrar, almacenar y economizar agua
ha sido desarrollada en un proceso evolutivo
de cientos y miles de años. Es un excelente
ejemplo de organización y adaptación
que las personas podríamos aprovechar.
Si nos llegara a faltar agua, nuestras vidas
no nos alcanzarían para modificarnos
y adaptamos a vivir sin este recurso.
|