No. 118 - marzo abril 2019
 
 
 
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Foto: Iwanna Communicationes


Pesca de oído


H
ay peces marinos que roncan. No se sabe bien para qué, pero producen una vibración con sus dientes. Los antiguos pescadores huancavilcas se percataron de estos ronquidos. Se dice que sentían las vibraciones en el fondo de sus pangas de balsa y madera. De allí surgió una técnica de pesca que podría parecer de fábula: introducían su canalete en el agua y pegaban el oído en el otro extremo para escuchar a los peces roncar. Luego remaban hacia ellos. Esto cuentan los abuelos de Engabao, una comuna costera de Santa Elena que se identifica como huancavilca.

Algo parecido aprendió Karla Gaona, estudiante de la Espol de Guayaquil, cuando miraba, junto a un colega suyo, a los pescadores de Engabao entrar al mar. Entre los bártulos de pesca los vieron llevar un tubo PVC de unos tres metros de largo, más o menos. Su colega, pescador originario de Galápagos, supo que ese instrumento era inusual. El tubo PVC funciona como un amplificador en el que chocan las hondas del sonido, similar, aunque quizá más eficiente, al antiguo método del canalete. Mientras mayor es la vibración que perciben a través del tubo plástico, más cerca estarán del cardumen. Los pescadores entrar al mar, navegan un poco, se detienen, ponen el tubo en el agua, escuchan, siguen, y solo tiran las redes cuando dan con los peces. Pescar de oído les salva del vano esfuerzo de arrojar las redes al mar y sacarlas casi vacías. Pero, además, han aprendido a reconocer al roncador. Que si ronca el pez ronco, el pez burro, la corvina o la cachema es útil también para saber qué se puede pescar.

Según las investigaciones de Karla, los pescadores de Engabao son los únicos en Ecuador que usan esta técnica, resultado de su histórico conocimiento del mar. Los huancavilcas prehispánicos fueron excelentes navegadores y pescadores, de ahí que no sorprende tanto el desarrollo de esta técnica sencilla y sofisticada a la vez.

La gran mayoría de habitantes de Engabao vive de la pesca artesanal, práctica cuyo impacto ambiental es mucho menor que la pesca industrial y que genera cuatro veces más empleo. Karla y el colectivo de comunicación Iwanna pasaron la voz sobre la pesca auditiva de Engabao a través de vídeos, publicaciones y un conversatorio en Guayaquil, como un reconocimiento al trabajo de estos pescadores y para promover su difusión hacia otras comunidades pesqueras artesanales. Quizá también, piensa Karla, algún momento lleguen turistas a Engabao para escuchar el paisaje acústico del mar.

 





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CONTENIDO REVISTA 118



Portada de la revista Ecuador Terra Incognita No. 118: Guacamayo rojo (Ara macao), estruendoso habitante del dosel del bosque húmedo tropical. Foto: Tuy de Roy / Minden Pictures

Portada de la edición actual de Ecuador Terra Incognita.