Al paisaje del noroccidente de Manabí lo definen las extensas playas, los espesos manglares y los últimos parches de bosques semideciduos del país (uno de los mejores remanentes se encuentra en la reserva Lalo Loor, en el cantón Jama). Allí, levantarse con el ulular del búho de anteojos, la bulla de las guacharacas y los ronquidos de los monos aulladores es plato de todos los días. Pese a la importancia de estos ecosistemas, que incluyen los marino-costeros, no existía un área representativa que promueva su conservación. Tampoco había un corredor protegido entre los refugios de vida silvestre Pacoche e Isla Corazón, al centro de la provincia, con la reserva ecológica Mache Chindul, al norte.
Hace cinco años surgió el anhelo de crear dicho corredor. En 2019, el esfuerzo conjunto de la fundación Ceiba, el gobierno provincial de Manabí y los gobiernos municipales de Jama, San Vicente, Sucre y Pedernales derivó en la creación de un área de conservación y uso sustentable (ACUS). El ACUS del noroccidente de Manabí beneficiará a más de 150 mil personas en la región, y servirá para el desarrollo de investigaciones científicas vinculadas con las necesidades y retos del territorio. Esta nueva área de conservación, creada mediante ordenanza provincial y cantonal, abarca más de 225 mil hectáreas, la mitad de las cuales son bosques remanentes.
Es una región crítica para la biodiversidad por encontrarse en la confluencia de dos áreas de endemismo muy importantes: el Chocó y los bosques secos de Manabí-Tumbes. Esta notable transición ecológica se da gracias a un marcado gradiente climático (norte húmedo, sur seco). Algunas especies emblemáticas que se protegen en el ACUS son el gavilán de dorso gris, la chachalaca de cabeza colorada, el mosquero real del Pacífico y el mono machín blanco de occidente. En su porción marina viven mantas gigantes, tiburones ballena y tortugas verdes, golfinas y laúdes.
El ACUS enfrenta una agresiva deforestación, principalmente para actividades agrícolas industriales, lo cual deriva en la pérdida de biodiversidad y de servicios ecológicos como la captación y provisión de agua. Además, las comunidades locales sufrieron una dramática crisis económica a partir del terremoto de 2016, que provocó una acelerada migración hacia las grandes ciudades, pero también mayor presión sobre los bosques. El ACUS del noroccidente de Manabí será la primera área de conservación en Ecuador creada por un gobierno provincial y varios municipales, y que protege áreas continentales y marino-costeras. Por estas innovaciones está despertando el interés de otros organismos públicos y privados, para establecer alianzas y proyectos de conservación y de actividades productivas que sustenten a los habitantes de sus comunidades. (Carolina y Augusto Toapanta)