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Por Andrés Vallejo
Foto Paul Tufiño

Conservación ¿Gasto o inversión?
continuación (4/5)

Letrero colocado por nativos de Jatun Sacha.

El U.S. Cancer Institute tiene una gigantesca base de datos de plantas tropicales (más de 13 mil) y el Departamento de Medicina de la Universidad de Illinois otro tanto. Además tienen convenios con otras instituciones y herbarios que les permiten acceder a muestras provenientes de países tropicales.

Otro caso es el convenio que la Merck firmó con el gobierno de Costa Rica, en el cual se establecieron mecanismos de control de la bioprospección (búsqueda de en organismos vivos) y el reconocimiento de regalías. Actualmente se encuentra en el Ecuador una misión de esa casa farmacéutica para sondear la posibilidad de un convenio de la misma índole.

Al parecer, lo único que frena el aumento de las inversiones en bioprospección es la inseguridad que tienen las farmacéuticas de que se respeten “sus” derechos intelectuales. Para asegurarlos se habría encaminado la insistencia del gobierno americano para que se ratifiquen los controversiales convenios de propiedad intelectual.

La cosa no es tan clara. De los mencionados compuestos, la gran mayoría (el 74%) han sido descubiertos gracias a que se conocía de algún grupo humano nativo que utilizaba cierta planta para tratar algún mal. De hecho, las farmacéuticas utilizan un equipo de avanzada formado por antropólogos. Con el sistema de patentes propuesto se ignoraría el valor del conocimiento tradicional porque no está expresado en términos científicos, a los que no tiene acceso la mayoría de la humanidad. A nivel nacional, se estaría negando el valor de la conservación del bosque donde determinada planta fue encontrada. Luego, los compuestos patentados tienen que ser importados, a precios exorbitantes, por los países de donde salieron la información y la materia prima.

Debido a esto, algunos países tropicales precautelaron sus intereses prohibiendo sacar material genético de sus fronteras. Pronto apareció la biopiratería, cuyo control raya en lo imposible. ¿Qué impide, por ejemplo, que una empresa petrolera establecida en la Amazonía tenga un biólogo buscando organismos interesantes, y que se lleve a su país un par de semillas o unas cuantas esporas? No es paranoia. Más bien no pensarlo sería ingenuidad, sabiendo que muchas de ellas son subsidiarias de grandes empresas químicas, por ejemplo, la Conoco de la Dunlop, la Sanofi de la ELF

Y es que los bosques tropicales contribuyen a la industria no solo con madera. De ellos se extraen tinturas, aceites esenciales y comestibles, látex, caucho, resinas, esteroides, ceras, entre muchos otros productos.

Ecuador: país de la megadiversidad

Qué tiene este pequeño país para que se lo denomine de la megadiversidad, para que universidades e instituciones extranjeras dediquen esfuerzos a estudiarlo y explorarlo?

La comunidad científica ha identificado 10 “puntos calientes” en el mundo. Estos se caracterizan por tener insólitos niveles de diversidad y endemismo. Dos de ellos se encuentran en el Ecuador: los bosques muy húmedos tropicales de la Costa y los de la Amazonía occidental.

Si recorremos nuestra geografía siguiendo el periplo de los esporádicos estudios que se han hecho, nos encontramos con ejemplos deslumbrantes. En la pequeña reserva de río Palenque, cercana a Santo Domingo de los Colorados, se encontraron 1.250 especies de plantas de 136 familias en menos de un kilómetro cuadrado; de ellas, 100 fueron nuevos registros para el Ecuador y 43 solo se conocen en esta área. Si seguimos un poco más al norte, a los bosques de Esmeraldas, que están siendo destruidos a un ritmo impresionante, encontramos estimativos de más de 10 mil especies, de las cuales 2.500 serian endémicas. Al otro lado de la cordillera, en la provincia de Napo, se esperaría encontrar 4 mil especies; mientras que el conjunto de especies de Estados Unidos y Canadá llega apenas a 700.

Además, en el bosque nublado de Ecuador se encuentran más de 3000 especies de orquídeas, lo que lo convierte en el país con mayor número de estas plantas en el mundo. Para terminar mencionemos que de las 702 especies de plantas existentes en Galápagos, el 32,5% no existen más que en este archipiélago.


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