Orden: Anura
Familia: Bufonidae
Nombre científico:
Atelopus ignescens
Nombre en español:
Jambato
Donde habitó: Páramos
y bosques andinos del centro y norte del país.
En nuestro país, el
sapo más conocido y común del
centro y norte de la Sierra, hasta hace muy
poco, fue el Jambato (Atelopus ignescens).
Esta pequeña especie, de color negro
con vientre amarillo, naranja o rojo, vivía
en los valles interandinos, bosques montanos
y páramos de las provincias de Bolívar,
Chimborazo, Tungurahua, Cotopaxi, Pichincha,
Napo e Imbabura. Mi abuelo me ha contado que
en Latacunga, su ciudad natal, los jambatos
eran abundantes incluso en las calles y que
se observaba frecuentemente uno grande cargando
a otro pequeño; él no sabía
que el chiquito era el macho que estaba abrazando
a la hembra en una invitación a la
reproducción.
Esta especie fue registrada por última
vez en 1988 y desde entonces varios esforzados
científicos han tratado de encontrarlo
donde antes había sido visto, lamentablemente
sin ningún éxito. El Jambato
era parte importante del entorno en poblados
y zonas rurales, la gente lo identificaba
con agrado como un elemento cotidiano, cosa
que no sucede con otros sapos.
Este sapo es históricamente muy importante
para nuestro país, pues fue la primera
especie de rana proveniente del Ecuador que
se dio a conocer a la Comunidad Científica
Mundial, allá por 1849, marcando el
inicio del estudio de las ranas y sapos ecuatorianos.
También fue la primera especie en la
que se evidenciaron las rápidas desapariciones
de varias especies de ranas y sapos en los
Andes del Ecuador. Las causas no están
totalmente entendidas, pero las evidencias
recopiladas muestran que en el año
previo a su desaparición hubo alteraciones
climáticas fuertes con temperaturas
inusualmente altas y sequías extendidas.
Además, se ha encontrado una enfermedad
causada por un hongo patógeno que ataca
la piel de los jambatos; estos dos factores
pudieron haber interactuado rápidamente
y provocado la desaparición de esta
especie.
Adicionalmente al Jambato, en Ecuador existen
otras 26 especies emparentadas con este grupo
de sapos (los Atelopus). La mayoría
de ellas también han desaparecido y
el estado de otras es una incógnita,
pues viven en lugares alejados, no existe
un seguimiento de sus poblaciones o se conoce
muy poco sobre ellas. En el suroriente del
Ecuador existe una especie que se resiste
a correr la misma suerte de sus parientes
andinos; quizá esta sea nuestra última
oportunidad de conocer en detalle a este grupo,
su ecología, entender su importancia
y establecer esfuerzos por conservar un patrimonio
casi perdido.
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