Es la más grande y vistosa de las ranas venenosas de la Costa. Suele ser anaranjada o roja, pero varía mucho y hay poblaciones casi negras. No produce su veneno, sino que acumula en su piel los alcaloides de las hormigas que come. Tras las lluvias, de día, sale de su escondite en la hojarasca. Los machos cantan desde ramitas. Tras el cortejo, el macho guía a la hembra a un sitio donde deposita su esperma. La hembra lo cubre con sus huevos. El macho cuida los huevos, que la hembra humedece de cuando en cuando. Cuando eclosionan, la hembra transporta los renacuajos en su espalda hasta el corazón de una bromelia. Ahí los alimenta con sus huevos infértiles (de ahí lo de Oophaga). En estos huevos, también les pasa los alcaloides que los protegerán de depredadores. No así de la deforestación, contaminación y cambio climático que los amenazan.