N° 35 Mayo - Junio de 2005
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Por Eduardo Almeida
Foto Eduardo Almeida

Baños de Colluctor

En la parte oriental del poblado de San Lucas (provincia de Loja), en la quebrada de Vinoyacu y al pie del cerro Acacana, en un pequeño valle flanqueado por dos riachuelos, se encuentra el monumento arqueológico de Tambo Blanco o Ciudadela.

Según el investigador alemán Max Uhle, quien lo visitó a comienzos del siglo XX, “Consisten las ruinas de un palacio, con dos patios y una huerta formada de varias gradas al sur; de un cuartel abierto antes por siete puertas en el frente; y de una construcción larga, formada de dos filas de cuartos con un corredor intermedio. Una particularidad del último edificio, consiste en que ninguna puerta que daba al corredor correspondía con otra enfrente. (...) Las ruinas de Tambo Blanco sirvieron hace 25 años de cantera en la construcción de la iglesia de San Lucas” (Max Uhle. Estudios sobre Historia Incaica. Universidad Mayor de San Marcos, Lima, 1969, p. 98).

El espacio geográfico sobre el que se asientan estas edificaciones es una hondonada en la que seguramente no se preveía un gran ataque militar. El conjunto está integrado por varios componentes:

a) El sector de los depósitos, localizado en la cumbre de uno de los cerros que cierra la hondonada, es un grupo de pequeñas estructuras cuadrangulares dispuestas en hilera, dejando en medio un corredor.
b) El Cuartel, que es propiamente una kallanca (una especie de galpón) que seguramente tenía varias puertas de ingreso.
c) El Palacio, el más importante por el número de edificaciones. Es una construcción conformada por dos patios, alrededor de los cuales se levantan varios edificios de forma rectangular.
d) Las andenerías, ubicadas en las inmediaciones del Palacio.

Este sitio se halla en la vía del Camino del Inca, por eso se ha pensado que se trata de un tambo. No obstante, la distribución de sus construcciones lleva a pensar que este conjunto era, además, un pequeño centro administrativo y de control incaico en el territorio Palta.

Como ocurre con otros monumentos arqueológicos del país, sobre el Tambo Blanco no se han realizado investigaciones científicas, salvo los escasos datos proporcionados por Max Uhle.

Ya en la década de 1960 se denunció que el sitio había sido utilizado como cantera para la construcción de la iglesia de San Lucas. En la actualidad, estas edificaciones están enterradas y cubiertas por el kikuyo y la maleza. Una recuperación sistemática de Tambo Blanco aportaría significativamente a la valoración de la identidad histórica del pueblo Saraguro, y crearía un polo de atracción turística en la provincia de Loja.



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