N° 48 Julio - agosto de 2007
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Por Julio Pazos B.
Ilustración: Esteban Garcés

Llaguana

Opinamos que este re-fresco tiene este nombre porque es un verbo quichua que significa lamer, y no puede ser yaguana, porque esta palabra es un frecuente apellido español. En el recetario del arquitecto Juan Pablo Sanz, escrito antes de 1880, se pone llaguana, vocablo que se relaciona más con la cocina. Pero si en Quito se dejó de beber este refresco, en Cuenca, capital de la provincia del Azuay, todavía lo acostumbran. Según dice en su libro la señora Eulalia Vintimilla de Crespo, la receta del refresco es secreto de familia. En efecto, en una de ellas le añaden almidón. Pero, en la antigua receta del Manual de la Cocinera, del señor Sanz, se dice que puede hacerse de manzana, de membrillo, de zanahoria o de maíz, en caso de escoger este último ingrediente se lo debe majar y, durante tres días, dejarlo fermentar cerca del fuego.

¿Qué tiene de particular este refresco? No son las manzanas cocinadas y cernidas, no es el almíbar preparado con clavo y canela y no son la cucharada de agua rica y el zumo de piña, aparte del agua rica que ahora no existe, pero que se la puede sustituir con agua de rosas, tiene de particular la “tintura de zumo de limón con sangorache” Esta planta que solo aparece en el mercado en los días de colada morada, una vez cocida presenta un líquido de color rojo saturado. Las gotas del limón modifican ese color y le dan una tonalidad menos intensa. Los otros nombres de la planta son ataco y amaranto. El perfume y el color caracterizan a la llaguana, de suyo, deliciosa cuando se la hace con manzanas de colada.

El sangorache es una planta nativa. Los habitantes andinos comían crudas sus hojas tiernas. En la actualidad, algunas señoras que gustan de aprovechar los géneros tradicionales, utilizan sus semillas para preparar galletas y pasteles.

La llaguana fría va a los sedientos en vasos de cristal. Servir en otros recipientes sería perder el color. Se la recomienda para las celebraciones que se hacen durante el día, es decir para los convites de bautizos, primeras comuniones y hasta bodas. Los refrescos actuales, cuando no negros con colores chillones, no podrán competir con la llaguana. En el refresco casero siempre estará presente algún recuerdo familiar y hasta cierto color del paisaje que nos acompaña durante el tránsito de la vida.

 


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