no. 55
septiembre - octubre 2008

 

 

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Carta del editor

Han pasado más de cuarenta años desde que Texaco llegó al país y quince desde que traspasó sus operaciones a Petroecuador. Durante este tiempo, millones de barriles de petróleo han fluido desde el nororiente hacia el Pacífico, inundando las arcas de compañías petroleras, permitiendo la consolidación del estado y llevando prosperidad, aunque fragmentaria, a los centros urbanos. La infame contracara de estos beneficios la encontramos precisamente en la región de donde provienen los recursos: la producción de pobreza y dependencia, contaminación crónica, exterminio y desplazamiento de poblaciones, emergencia sanitaria y elevada violencia social.

Frente a esta realidad y a la desidia –cuando no complicidad– del estado, organizaciones de base entrelazadas con redes transnacionales de apoyo han venido consolidando procesos de oposición y reclamo. El más claro intento de modificar prácticas irresponsables y hacer rendir cuentas a sus ejecutores es el juicio que los afectados por Texaco en Ecuador iniciaron en 1993 contra la multinacional en Estados Unidos, y que, luego de diez años, pasó a las cortes nacionales. No es poco lo que está en juego: para Chevron-Texaco, de 7 a 16 mil millones de dólares que tendría que desembolsar si es hallada culpable y un precedente que afectaría la histórica impunidad de las compañías norteamericanas en el mundo; para los afectados, la recuperación de su dignidad, compensación por los daños sufridos y la esperanza de que los agravios no continúen.

Igual que sucede con otros temas amazónicos, a pesar de la importancia de este juicio para Ecuador, poco conocen de él los ecuatorianos. Por eso, en esta edición presentamos una semblanza de los actores del juicio como tema central. Esperamos con esto que nuestros lectores estén más informados sobre el proceso e interesados en su desenlace.

 

Correo

Debate minero

Los felicito por los dos artículos sobre minería en Íntag y en el Cóndor (no. 54). Los artículos reflejan dos aspectos fundamentales del debate: 1) la explotación minera se realizaría en ecosistemas vulnerables, únicos y de gran importancia y 2) las poblaciones locales, en muchos casos comunidades indígenas, generalmente se oponen a tal actividad porque altera su modo de vida. Respecto a lo segundo, la resistencia no persigue solo beneficios económicos, sino, sobre todo, defender y continuar con su “buen vivir”. Cuarenta años de explotación petrolera no muestran a las comunidades un ejemplo de extractivismo bien hecho. Así, esas voces necesitan espacios como este para ser escuchadas.

El debate minero es complejo y es imprescindible llevarlo adelante. Hacerlo implica no dejarlo en una edición, sino revisar la política minera y la posición del gobierno al respecto.

Cristina Santacruz

 

Es la primera vez que leo su revista y estoy impresionado por su calidad. Sin embargo, lamento que todos estos recursos se usen para detener el desarrollo, y que personas como ustedes se aprovechen de la ignorancia de nuestra gente para crear este tipo de publicación.

Nuestro país no tiene experiencia en minería a gran escala y solo se conoce el desastre de la artesanal. Si su obligación es informar, ¿por qué no mostrar las dos caras? Para personas con dinero debe ser muy conveniente mantener al Ecuador en estado natural y no explotar los recursos naturales, ¿pero qué pasa con la mayoría? El ecoturismo no me ha dado de comer y no he visto a nadie a quien le haya dado. ¿Los países desarrollados han obtenido su riqueza gracias al ecoturismo?

Solo quiero decirles que no todas las personas creen lo que se publica en revistas como la suya. Gracias al dinero que ahorré en Canadá, no necesito nada más para mí, pero quiero algo distinto para mis hijos y la gente del Ecuador.

José Morocho

Patrimonio, publicidad y turismo

Quiero expresarles mi sincera felicitación por el gran trabajo realizado por Ecuador Terra Incognita. Difundir el conocimiento del patrimonio material e inmaterial de nuestro país y promover la reflexión y la concienciación sobre su protección, conservación y disfrute es una noble tarea. Sigan adelante.

Doris Soliz Carrión
Ministra de Patrimonio Natural y Cultural

 

En julio convalecí, lo que me permitió seguir el Tour de Francia por televisión; cientos de kilómetros por caminos rurales, carreteras, calles de pueblos y ciudades de toda Francia. De este ocioso periplo saqué un provecho: saber que hay lugares en que se respeta a los ciudadanos. No hay letreros de publicidad en las vías, ni el alambrado público afea el paisaje (estará enterrado, supongo). La señalización vial es tan discreta como lo permite su función. ¡Qué diferencia con el asalto que autoridades, empresas y policía perpetran al espacio público en Ecuador! Los franceses cuidan el paisaje no solo porque se precian, sino porque es un valioso recurso. No en vano es el país más visitado del mundo, con ingresos por turismo de 100 mil millones de euros. Si es cierta la promesa de un gobierno ciudadano y de hacer del turismo una prioridad, el freno a la violencia publicitaria sería un gran inicio.

Diego Matute, Quito

Polémica por ciclistas desnudos continúa

Me sumo a la queja de los lectores por la edición 53, y ahora me quejo yo por la 54. A mí no me impacta ver una mujer desnuda sobre una bicicleta sosteniendo un letrero. ¿Acaso por no utilizar vestimenta dejaré de contaminar con mi auto? Su revista se ha caracterizado por un excelente gusto en uso de fotografias, textos e, incluso, auspiciantes. Es uno de mis anhelos que, por fin, el cuerpo de la mujer deje de ser utilizado como medio publicitario para llamar la atención grotescamente.

Paulina Constante, Quito

 

Hay varias cosas que me escandalizan. Me escandaliza la deforestación acelerada de nuestros bosques. Me escandaliza la pobreza de más del 60% de los ecuatorianos. Me escandalizan la pérdida de la biodiversidad, la contaminación de las aguas, el cambio climático y la voracidad de las mineras. Me resultan escandalosas la corrupción y la impunidad, la injusticia y la inequidad. Sin embargo, no me escandaliza el cuerpo humano, vestido o desnudo, masculino o femenino. Y aunque no me escandalicen las opiniones en contra de un anuncio que muestra una mujer sin ropas, resulta evidente que aún existen los prejuicios que arrastramos desde la Colonia. Ojalá que, por el bien de nuestros niños y niñas, la mojigatería sea una especie en extinción.

Tarsicio Granizo, Quito

Desde que tuve una revista Terra en mi mano me gustó tanto, que cada edición la leo de cabo a rabo. En esta ocasión escribo con sorpresa por los comentarios publicados en la revista 54. Yo esperaba totalmente lo contrario. ¿Cómo es posible que se catalogue a la publicidad de Biciacción como de mal gusto? Yo, como ciclista, sí me he sentido desnudo, descubierto, desprotegido ante el tráfico amenazante de Quito. Me pareció una excelente forma de expresarlo la de Biciacción. Es más, quiero felicitar a Biciacción por su buena idea y también a los artistas que han hecho tan hermosas publicidades. Además de enviar un mensaje claro de concienciación ambiental, muestran la belleza del cuerpo humano. Me parece mal que a una persona que, a más de tener valentía para expresar sus ideas y protestar, se la califique como una “exhibicionista cualquiera”. Yo, como ciclista, me sentiría afortunado de también ser parte de esta campaña.

Héctor Fernando Cadena Ortiz, Quito

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