Son
varias las interpretaciones de la simbología
de la vestimenta de los novios, algunos chachi
me comentaron que la manta que cubre a la
mujer simboliza el hecho de que ella no podrá
ver a nadie que no sea su esposo, y que el
cintillo del hombre es la sangre que transmitirá
a su descendencia, y la cruz su compromiso
como el de Jesús crucificado.
Comienza el ritual y las novias se sientan
de espaldas a los invitados en un pequeño
taburete y de cara a una tabla cubierta por
una plástico amarillo. Allí
permanecerán todo el día y solo
se les permitirá levantarse para ir
al baño y para almorzar. Los novios
también deben permanecer sentados,
pero de cara al publico y en asientos más
cómodos.
En lado del centro ceremonial en donde las
novias están sentadas prevalece el
silencio y la inmovilidad, mientras que el
lado de los novios explota con silbadores,
aguardiente y baile (de los invitados).
Los novios, aunque permanecen sentados, ríen
y disfrutan de la algarabía, las mujeres
no rompen su silencio y evitan las expresiones
faciales.
El cumplir con esta parte del ritual asegurará
un matrimonio duradero, pues la pareja ha
superado una prueba de resistencia.
Fernando López, chachi de la comunidad
Loma Linda, asegura que el permanecer sentado
es una demostración de respeto a los
invitados. A los novios también se
les permite levantarse para bailar con sus
padrinos, familiares y ciertos invitados encargados
de brindar aguardiente a los demás.
Los invitados
Los invitados traen la alegría y el
aguardiente. La cantidad de botellas aguardiente
que se lleva a una fiesta depende del numero
de miembros de la familia que ha asistido:
lo usual es una botella por cada miembro.
La celebración del matrimonio solía
ser la única ocasión en la vida
en la que la mujer Chachi podía tomar
aguardiente. Esto también está
cambiando. Durante la fiesta, jóvenes
Chachis, hombres y mujeres, conversan, toman
aguardiente y disfrutan de la celebración
con una vestimenta completamente occidental.
Se dice que hace solamente veinte anos atrás
todos utilizaban atuendos tradicionales.
Al final de un día de baile, comida
y champús, llega el momento cúspide
de la celebración. Todos los invitados
forman dos columnas para bailar el San Juan.
Esto marca el final de la boda. Los participantes,
guiados por un maestro de ceremonias, empiezan
uno por uno a bailar en zigzag por las dos
columnas. Luego lo hacen los padrinos (en
parejas) y al final lo hacen los novios. Algunos
dicen que esto simboliza que el uno seguirá
al otro durante toda la vida.
A esta altura de la madrugada los músicos
tocan por inercia y la mitad de los invitados
a encontrado un espacio en donde acostarse
a descansar. La fiesta empieza a apagarse
y los novios se ven exhaustos pero felices
de haber celebrado su unión frente
a toda la comunidad.
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