N° 40 Marzo - abril 2006
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Texto Carlos Boada
Foto Murray Cooper

El Chocó biogeográfico

Los riachuelos que se mantienen gracias a los bosques de las estribaciones de la zona del Chocó , alimentan importantes cuencas hidrográficas.

El Chocó biogeográfico es una región de casi 100 000 km2 que incluye una gran diversidad de hábitats y se extiende desde el Canal de Panamá hasta el Cabo Pasado, en la provincia de Manabí. Esta región constituye un mosaico de especies biológicas terrestres y marinas; sus territorios atraviesan la vertiente Pacífica de Colombia y el noroccidente ecuatoriano.

El Chocó posee zonas planas que dan a las costas del Pacífico y también una buena parte de las estribaciones occidentales de los Andes. Las elevaciones de esta cadena montañosa atrapan el aire húmedo que viaja desde la Costa. Esto les da un clima muy húmedo, formándose de esta manera los bosques muy húmedos premontanos.
Los científicos dan mucha importancia al Chocó pues, además de poseer una extraordinaria biodiversidad, mantiene la única selva lluviosa tropical continua del Pacífico sudamericano. Esta zona, que como bien lo indica su nombre posee lluvias permanentes, alimenta algunos ríos importantes. En Ecuador, por ejemplo, el Esmeraldas y el Guayas.

La tasa de pluviosidad en estos bosques es una de las más altas del planeta; de hecho, mantiene valores impresionantes: en ciertos lugares puede llegar hasta los 13 000 milímetros anuales, con lluvias durante casi todos los días. Este fenómeno, sin duda, se encuentra influenciado por la corriente cálida del Niño que provoca un aumento en los índices de pluviosidad entre los meses de enero y mayo, brindando a la región un altísimo nivel de humedad.

El Chocó posee una gran cantidad de formas de vida gracias a sus múltiples ecosistemas. Es importante señalar que en esta región existe un importante número de especies propias. Tal es el caso de las nuevas especies de anfibios, que constantemente se registran antes de que los científicos hayan terminado de describir la anterior.
Muchos de los anfibios endémicos de esta región viven en pocos kilómetros cuadrados, lo que los convierte en especies muy vulnerables a la extinción.

Actualmente, y pese a la importancia de esta zona, tan solo el 12,5% de sus territorios han sido declarados áreas protegidas privadas o estatales. La gran mayoría restante se ve amenazada por la colonización ganadera, la explotación forestal, la minería y el turismo irresponsable. Es decir, la región del Chocó enfrenta graves amenazas a su integridad natural.

Punto caliente

El Chocó ha sido considerado como un punto caliente (o hotspot) de biodiversidad. Además de alta diversidad biológica, un punto caliente debe presentar gran cantidad de especies propias (endémicas) o restringidas a un pequeño sector. Pero un punto caliente también debe estar bajo amenaza inmediata.

Esta última condición determina que la Amazonía, por ejemplo, pese a mantener una gran diversidad, no sea catalogada aún como un hotspot. Desgraciadamente, el Chocó sí…

El propósito de declarar como puntos calientes a algunas zonas del planeta es identificar las áreas donde los organismos de conservación, así como los gobiernos, deben centrar sus mayores esfuerzos en la lucha contra la destrucción de la naturaleza; en ciertos casos, para evitar la desaparición de las especies que habitan en ellas.

 


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