N° 40 Marzo - abril 2006
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Texto Diego Tirira
Foto Iván Kashinsky

Los últimos bracilargos libres
continuación (2 de 3)

El bracilargo o mono araña de la Costa (Ateles fusciceps) cumple un papel importantísimo en la regeneración natural y composición del bosque, pues se encarga de diseminar a grandes distancias las semillas de las frutas que consume.

Además, quien logre acercarse a ellos debe tener cuidado con ubicarse muy cerca, pues es frecuente que, temerosos de la presencia de desconocidos, decidan arrojarles ramas, orinarlos o defecar sobre sus cabezas, todo esto acompañado de gritos de alarma similares a los ladridos de un perro.

Los monos araña viven en grupos. En condiciones naturales pueden formar tropas de 30 o más individuos; sin embargo, estas agrupaciones no son vistas frecuentemente, pues todas las mañanas los miembros de cada tropa suelen, aunque no siempre, toman rumbos distintos; algunos solitarios, otros en parejas, tríos o cuartetos, se separan para buscar su propio alimento, actividad a la que dedican las primeras horas de la mañana o las del fin de la tarde, mientras que el resto del día prefieren descansar. Al llegar la noche, nuevamente se juntan en el grupo central.

Dieta y reproducción

La dieta de estos primates esencialmente está formada por una gran variedad y abundancia de frutos maduros; por esto también cumplen un importante papel como dispersores de semillas, ya que las transportan en sus tractos digestivos y luego las defecan enteras y listas para germinar.

Cuando los frutos son abundantes, es posible encontrar grupos numerosos alimentándose de un solo árbol, mientras que cuando escasean, pueden comer también hojas tiernas y flores; en esos casos suelen fraccionarse en grupos pequeños.

En términos de reproducción, los bracilargos son, después de los seres humanos, los primates menos exitosos del territorio ecuatoriano. De hecho, una hembra puede concebir a partir de los 4 o 5 años de edad, aunque por lo general lo hace cuando ha superado los 6 o 7 años. Además, paren una sola cría por vez luego de un período de gestación que supera los 7 meses y en lapsos de 2 a 4 años. Afortunadamente, se ha visto que la proporción de hembras adultas es dos o más veces más grande que la de machos.

¿Monos o gente?

El parecido entre la anatomía del mono araña y la del ser humano, reforzado acaso por el gran tamaño del primero, no ha pasado desapercibido para los diferentes pueblos indígenas que habitan los trópicos de Ecuador. De hecho, en algunos mitos y leyendas de la región aparecen seres sobrenaturales que en su forma y comportamiento tienen elementos de ambos.

Según la mitología shuar, quien sueña en gente blanca con barba, logrará al día siguiente una buena cacería de washi (que en lengua shuar significa mono araña). También existen relatos de diferentes etnias en los que los monos araña muestran una constante ambigüedad entre la forma animal y la humana (léase al final de este artículo el mito de los hombres rabudos).

Para los achuar, en cambio, el mono washi no es comestible, porque consideran que se parece mucho a los shuar; así, cuando atrapan monos araña usan sus pieles para confeccionar bolsos, la grasa para curar a los enfermos y la carne para alimento de los perros. Mientras que en los pueblos Siona-Secoya del nororiente, los monos araña reciben el nombre de pai take o pai naso, que significa mono gente.


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