N° 40 Marzo - abril 2006
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Texto Diego Tirira
Foto Findingspecies 2006

Los últimos bracilargos libres

El maquisapa o mono araña del Oriente (Ateles belzebuth) se distingue de su pariente costeño (el bracilargo) por su clara coloración ventral.

Algo empieza a moverse en la parte alta de los árboles. Falta poco para que amanezca. La neblina es densa y un manto de tranquilidad cubre el lugar…

Repentinamente, temblorosos y suaves gemidos empiezan a escucharse. Los movimientos en los árboles ganan en intensidad y el amanecer del nuevo día inunda el territorio. Enseguida, fuertes alaridos se repiten rompiendo la quietud que reinaba en el bosque antes del alba. uno de los últimos grupos de bracilargos que sobrevive en territorio ecuatoriano ha despertado del letargo nocturno e inicia su actividad de cada día...

Los bracilargos, mejor conocidos como monos araña, son los primates no humanos más grandes que habitan en América. Cuando llegan a la adultez pueden superar los 10 kilogramos de peso y los 60 centímetros de longitud corporal (sin tomar en cuenta la cola, que es aun más larga qué todo el resto del cuerpo, ya que puede medir hasta 90 centímetros).

Para quien no haya visto uno de estos animales, el nombre “mono araña” quizá sea motivo de varias interrogantes. Pero al ver sus largas extremidades y cola, que además es empleada para la locomoción, la relación salta a la vista: extremidades largas, como si fueran patas de araña.

Los quichuas de la Amazonía ecuatoriana también hacen hincapié en la largura de los brazos y piernas de estos primates, de hecho, el nombre con que los designan en su lengua, y que ha venido a popularizarse en las tierras bajas del Oriente ecuatoriano, es maquisapa, que traducido al español significa “brazote”.

¿Le cortaron los pulgares?

En términos científicos, los monos araña pertenecen a la familia Atelidae, nombre de origen latín cuya traducción es “el incompleto”, en alusión a que sus manos carecen de pulgares. Esto es una rareza dentro del orden de los primates, pues todos sus miembros, incluyendo el ser humano, los poseen. De allí que, quien no conozca a los bracilargos, al ver las manos de uno de éstos puede imaginarse que se trata de algún defecto congénito o producto de un corte desafortunado.

En efecto, según la tradición quichua, el mono machín se burlaba frecuentemente del maquisapa, diciéndole: “tú eres negro, y por eso tienes cinco dedos en cada mano, al igual que los indios. Yo, que soy blanco, tengo manos con cuatro dedos”. Y le mostró sus manos escondiendo los pulgares. El maquisapa, queriendo ser parecido al mono blanco, se cortó los pulgares con un machete. Entonces, el mono machín se burló de él, diciéndole: “Tonto, ahora tienes solo cuatro dedos... yo tengo cinco”, y le mostró su mano extendida.

Hoy los maquisapas se pasean por la selva exhibiendo sus manos sin pulgar, y demostrando que, aún con cuatro dedos en cada una, se pueden trasladar perfectamente, pues, gracias a su tipo de locomoción (conocida como braquiación o locomoción suspensoria), donde intervienen brazos, piernas y cola, pueden viajar grandes distancias en cortos períodos de tiempo.

Visitar sus bosques

Si queremos encontrar monos araña, debemos buscar en bosques bien conservados y alejados de los humanos. A menudo, percatarse de la presencia de estos primates no es tarea difícil, pues son animales que se mueven inquietamente entre las ramas de los árboles, dando largos y estruendosos saltos y tumbando la vegetación a su paso. Sin embargo, estos mismos hábitos reducen la posibilidad de observarlos en detalle.


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