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Por Murray Cooper
Foto Murray Cooper

El país de los picaflores

La evolución ha permitido que el pico de este Eutoxeres aquila esté perfectamente adaptado a la forma de la flor de heliconia.

Ecuador con solo el 0.2% de la superficie terrestre, alberga a 124 especies de picaflores, el 35% de todas las especies del mundo. La sorprendente abundancia de estas aves en nuestro país le ha merecido el nombre de "el país de los picaflores".

Los picaflores, colibríes, o en quichua "quinti", pertenecen a la familia Trochilidae y solo se encuentran en América: desde Alaska hasta Tierra de FUego. La mayoría de ellos habita en las regiones tropicales y frecuenta todo tipo de hábitat, desde el nivel del mar hasta el límite de las nieves andinas a 4800 m de altura. A pesar de ser tan pequeños, algunas especies de las zonas templadas realizan increibles migraciones latitudinales, como es el caso de Selasphorus rufus, que pasa en México los inviernos y llega hasta Alaska en los veranos. ¡Qué tenacidad!

Observándolos volar se puede apreciar por qué son uno de los vertebrados más sensacionales y queridos en el mundo. En las agencias fotográficas, son las “vedette” del momento. Sus colores, brillantes e iridiscentes, cambian con el ángulo de la luz solar, desde el azul profundo del zafiro hasta el verde esmeralda y el rojo rubí. Verlos combinar este vestuario con la mágica habilidad para permanecer inmóviles, suspendidos o retrocediendo en el aire, zumbando de una flor a otra en búsqueda de néctar, me produce una sensación de éxtasis.
Entre los colibríes están las aves más pequeñas del mundo, como las del género Mellisuga del Caribe que pesan entre 2 y3 gramos; mientras que nuestro colibrí gigante Patagona gigas, con 22 gramos, es el más grande. La peculiar estructura de sus alas les permite flexionarlas en cualquier dirección, y s musculatura pectoral, bien desarrollada, ocupa 35% del peso de su cuerpo. Estas características f sicas les dan la habilidad de batir sus alas hasta 8 veces por segundo en las especies más pequeñas. La forma de sus picos y sus largas lenguas bífida les sirven para alimentarse del néctar de las flore aunque también comen insectos. Algunas especie que se alimentan de la flor del floripondio, inclusi ve tienen el pico más largo que su cuerpo. Otro ca so curioso es el de Eutoxeres aquila, cuyo pico e tá perfectamente adaptado a la curvatura de la flc de helicoma, lo que constituye una viva muestra dt resultado de las fuerzas de la evolución. Estas ca racterísticas permiten a los quindes aprovechar u recurso poco utilizado por los demás vertebrados el néctar de las flores.

Lee el artículo completo en la edición No 4
de ECUADOR TERRA INCOGNITA

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