N° 34 Marzo - abril de 2005
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Texto Marta García de Rowland
Foto Diego Tirira

Geografías mágicas

Lagunas de Atillo, a la entrada del Parque Nacional Sangay .

Nací en la provincia del Chimborazo, de ella provienen todos mis ancestros, esa entrañable tierra marcó mis recuerdos de niñez, crecí al pie del Coloso de los Andes en una comarca llena de luz, magia, simbolismos, tradiciones y culturas diversas. A lo largo de mis viajes he podido comparar y admirar cada una de las regiones del Ecuador. Concluyo que Chimborazo es, definitivamente, la provincia más rica en una gama infinita de paisajes mágicos, mesetas, valles, colinas, magníficas cordilleras, un mapa multicolor de cultivos, gigantes de nieve, lagunas misteriosas, microclimas, fauna y flora de extraordinaria diversidad. Pero no es solo la geografía física la que atrae a propios y extraños. La provincia cuenta en el centro del país con una geografía humana de gran interés turístico que vale la pena conocer.

EL CHIMBORAZO (6310 msnm)

Es el nevado más alto del Ecuador y surge de un poderoso macizo volcánico. Es considerado como un volcán inactivo, ya que la última erupción se calcula que ocurrió hace 6 000 años. Se asume, además, que se formó hace dos millones de años. Desde el arenal que lo rodea, la vista se pierde a lo lejos en un paisaje lunar aparentemente desprovisto de vida y cargado de silencio. Tiene cinco cumbres, siendo la más alta la “Whymper”, con un capa de hielo de alrededor de 100 metros, medida que la obtuvo la expedición franco-suiza de 1999. Esta misma expedición halló agua a 24 metros de profundidad en otra perforación, lo que podría sugerir una actividad volcánica leve del Coloso de los Andes. Esta montaña, como tantas otras del mundo, también se ha visto afectada por el calentamiento global, y sus glaciares han retrocedido de manera notable en los últimos años. Esto ha llevado a que la ruta clásica de ascensión hasta sus cumbres cambie de manera constante y se generen aludes que retumban como una descarga de artillería en los valles aledaños al nevado. Si se mide su altura, desde el centro del planeta es el más alto del mundo; conocido como “El Rey de los Andes”, ha sido visitado por personajes ilustres tales como Charles Marie de la Condamine, Alexander von Humboldt, Teodoro Wolf y Edward Whymper, el famoso explorador y alpinista británico, quien lo coronó por primera vez en 1880 y escribió el libro “Viaje a través de los Majestuosos Andes del Ecuador”, como resultado de su visita al país. El Libertador Simón Bolívar se inspiró en él para escribir el poema épico “Mi Delirio sobre el Chimborazo”, una pieza lírica que refleja su profundo amor por la tierra americana. Este nevado fue el monte sagrado de la cultura Puruhá. Se le atribuían poderes sobrenaturales para castigar o premiar, dar buenas cosechas o producir cataclismos. Su nombre quichua tiene varias interpretaciones en español: “Asiento o Mansión del hielo”, “Viento helado”, “Dios del hielo”, “Señor de las montañas”. En los valles que rodean a la montaña se han encontrado vestigios arqueológicos de tambos y fortalezas y cuentan las leyendas que los indígenas ocultan un tesoro de gran riqueza en una cueva en sus estribaciones: son las ofrendas a su Dios nevado.


Lee el artículo completo en la edición No 34 de ECUADOR TERRA INCOGNITA

 


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