Los
primeros vertebrados que colonizaron tierra
firme fueron los anfibios. Al hacerlo, algunos
de sus descendientes, los anuros (sapos y
ranas), se tornaron especialistas en dejar
descendencia. Seguramente por esto son el
grupo de vertebrados terrestres con el mayor
registro de formas de reproducción.
Y para nuestra fortuna, la mayor diversidad
de formas reproductivas de anuros está
localizada en los trópicos.
Por
ejemplo, en Estados Unidos se conocen solamente
cuatro modos reproductivos para los anuros,
de los cuales el más común (90%)
es el de tener huevos y pasar por el estado
de renacuajos (uillis). En contraste, en una
pequeña localidad llamada Santa Cecilia,
cerca de Lago Agrio (Nueva Loja, Ecuador),
se han registrado más de diez modos,
y solamente el 37% de las especies halladas
en esta localidad se reproducen mediante huevos
y uillis en charcas.
No
obstante, esta última es una de las
formas de reproducción más conocida.
Seguramente usted habrá visto uillis
nadando a su suerte en pozas y ríos.
Pero, ¿alguna vez se ha preguntado
cómo llegaron hasta allí?. Una
vez que se produjo el abrazo nupcial, hay
ciertas especies de ranas que depositan los
huevos en pozas, unas prefieren aguas estancadas
y otras aquellas en movimiento; también
hay las que escogen los charcos temporales
de la época lluviosa.
A menudo las puestas acuáticas pueden
llegar a ser muy numerosas, tal es el caso
del sapo gigante (Bufo marinus),
que deposita hasta 35.000
huevos por vez.
Los
huevos también pueden ser depositados
fuera del agua en cantidades relativamente
pequeñas. Las ranitas payaso de Sarayacu
(Hyla sarayacuensis) los colocan
en la vegetación por sobre las pozas.
Sus crías se desarrollan y, una vez
que se han convertido en pequeños uillis,
caen al agua donde continúan su ciclo.
Otras ranas han desarrollado formas más
sofisticadas de dejar descendencia, algunas
de ellas ligadas al cuidado de sus hijos.
El cuidado parental ocurre en especies que
tienen pocas crías, y éste,
sin duda, tiene la gran ventaja de incrementar
las posibilidades de supervivencia de la progenie.
Un caso extraordinario (y familiar para quienes
vivimos en los Andes) es el de la hembra de
la rana marsupial andina (Gastrotheca
riobambae). Ella incuba unos 130 huevos
en una bolsa de su espalda, por un lapso de
aproximadamente tres meses. Transcurrido este
período, los huevos se transforman
en uillis, los cuales son depositados en pozas
de agua estancada. Por su parte, la Gastrotheca
plumbea, un pariente cercano de la rana
marsupial andina, también incuba sus
huevos en una bolsa, pero luego de un tiempo
no emergen uillis sino ranitas.
En las ranas venenosas de la familia Dendrobatidae,
la puesta puede ser cuidada por el padre (algo
poco usual en el reino animal), la madre,
o por ambos, y varía según la
especie. Durante el desarrollo de los huevos,
estas ranitas son fieles a sus puestas y las
defienden intensamente de otras ranas que
pueden comérselas.
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No 33 de ECUADOR
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