Un
nido de colibrí, conchas de colores,
flores y cartas, elementos que siempre acompañaron
a Nela. Entre sus obras figuran "Cuentos
de la Tortura", "Antología
de Narradores Ecuatorianos", su colaboración
en "Los Guandos" y numerosos poemas
publicados e inéditos. |
Quien fuera nombrada la “Mujer Ecuatoriana
del Siglo XX”, la maestra, escritora
y política Nela Martínez Espinosa
(1912-2004), ha dejado tras sí una
vida digna de resaltarse.
Justicia social, igualdad de género,
paz, soberanía, patria, son los ideales
que definen la vida y lucha de “la Nela”.
Intransigente, o más bien porfiada
en cuanto a seguir sus convicciones –en
palabras de su hijo Leonardo Paredes–,
hizo remecer con su discurso hasta a los inconmovibles.
Coidearios y detractores fueron convocados
constantemente a impedir que la patria sea
vendida a intereses foráneos y mezquinos,
a entender la amenaza que se cierne tras la
globalización o la intervención
ecuatoriana en el Plan Colombia.
Su profunda sensibilidad estética desbordó
en la poesía en la que se refugió
toda su vida como un antídoto a sus
fervientes inquietudes.
A los 16 años partió a trabajar
como maestra en Ambato donde lideró
la huelga de obreros de una fábrica
de textiles. Por ese entonces conoció
a Joaquín Gallegos Lara, líder
del grupo literario de Guayaquil en los años
30, quien la introdujo en reuniones intelectuales
y políticas que influyeron en la joven
y devinieron en su militancia en el Partido
Comunista Ecuatoriano. Años más
tarde, Nela se casaría con este escritor
guayaquileño.
Convencida de que la mujer ecuatoriana debía
prepararse y desarrollar sus capacidades e
intelecto, fundó y promovió
la Alianza Femenina Ecuatoriana. Junto a Dolores
Cacuango estructuró la Federación
Ecuatoriana de Indios y estableció
las primeras escuelas indígenas de
enseñanza quichua. Su lucha por mejorar
las condiciones de vida de los indígenas
fructificó en mentes y corazones al
punto de ser reconocida como “la Mama
Nela”.
Pero su arrojo y valentía fueron más
palpables durante la revolución conocida
como “La Gloriosa”, cuando acompañada
por Luisa Gómez de la Torre y dos dirigentes
estudiantiles se tomó el Palacio de
Carondelet para derrocar a Carlos Arroyo del
Río, el 28 de mayo de 1944.
Nombrada Ministra de Gobierno rigió
los destinos del país durante 4 días,
hasta que Velasco Ibarra fuera traído
de su exilio para asumir el poder. Poco después
fue nombrada la primera mujer diputada del
país.
En los siguientes años luchó
contra el fascismo a lado de su esposo Raymond
Meriguet; educó, escribió y
apoyó la creación de organizaciones
sociales en el Ecuador y en países
hermanos. En suma, se mantuvo fiel a sus creencias,
a pesar de los vientos encontrados de los
últimos tiempos, vientos a los que
muchos cedieron; y aún nonagenaria,
su discurso arengó a recuperar la dignidad
perdida.
Nela murió en La Habana el 30 de julio
de 2004. Se la recordará como una de
las 10 mujeres latinoamericanas de mayor trascendencia,
pero sobre todo como el ejemplo de integridad
y fortaleza femenina del que podrá
valerse quien se sienta llamado a proponer
cambios sociales.
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el artículo completo en la edición
No 32 de ECUADOR
TERRA INCOGNITA |
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