La Atrevida y la Descubierta
no son los apodos de dos chicas extrovertidas;
así fueron bautizadas las naves que
surcaron los océanos llevando a un
grupo de expedicionarios ilustrados en su
viaje alrededor del mundo. Los navegantes
eran científicos, investigadores, marineros,
sin duda muy valientes y algo locos, ávidos
por estudiar todo lo que, a su paso, podía
ser olido, palpado o visto.
Ubiquemos a estos marinos en el tiempo y el
espacio: corría el año 1789
cuando, bajo el mando de Alejandro Malaspina,
nuestras ya conocidas Atrevida y Descubierta,
zarparon del puerto de Cádiz, en el
sur de España. Malaspina era un italiano
de familia noble y grandes dotes de marino.
Su prestigio como navegante y su refinada
educación humanista le llevaron a concebir
una expedición sorprendente: un viaje
de carácter científico a través
del Imperio Español. Recordemos que
España tenía, en ese entonces,
un territorio tan extenso que se podía
recorrer el mundo sin dejar sus dominios.
Junto a Malaspina, capitán de la Descubierta,
dirigía la expedición José
de Bustamante Guerra, un almirante español
nacido en Cantabria, que capitaneaba la Atrevida.
Las dos corbetas eran iguales, pesaban 360
toneladas y llevaban 102 hombres dispuestos
casi literalmente a “comerse el Mundo”.
Fue un proyecto excepcional que se propuso
estudiar minuciosamente cada milla del Imperio.
Se harían mapas, cartas de navegación,
investigaciones botánicas, zoológicas,
geológicas, químicas, astronómicas
e incluso (y eso traería al final muchos
problemas a Malaspina) observaciones de carácter
social, militar y político.
Carlos III, a quien sucedió su hijo
Carlos IV, aprobó la expedición
poco antes de morir. No pensemos, inocentemente,
que el único fin de tan ambiciosa hazaña
era el mero gusto por conocer. El conocimiento
es poder y, teniendo en cuenta la extensión
de las colonias españolas, a la Monarquía
le convenía estudiar a fondo sus dominios
para poder reordenarlos y, de esa manera,
mantenerlos controlados.
Cinco años de travesía 62 meses
duró la expedición; meses de
sol, lluvia, frío extremo y clima tropical;
cinco años por tierras y mares del
Mundo. Empezando por Montevideo, Malaspina
y sus hombres investigaron el Estuario de
Río de la Plata, la Patagonia, las
Malvinas; dejaron atrás el Atlántico
y pasaron Cabo de Hornos para adentrarse en
el Pacífico, subieron por la costa
chilena. La Atrevida se dirigió al
puerto de Valparaíso y la Descubierta
a la isla Juan Fernández. Las dos naves
se encontraron y su tripulación prosiguió
el viaje a Santiago de Chile.
Más tarde se detuvieron en Callao,
en Guayaquil y Panamá. Dejaron atrás
Sudamérica y navegaron por las costas
de México, Acapulco y California. Remontaron
hasta Alaska, querían encontrar el
paso que supuestamente unía los océanos
Pacífico y Atlántico, pero no
lo hallaron.
Cartografiaron la zona y volvieron hacia el
sur, a Monterrey, en California. Después,
su travesía los llevó hasta
Manila, la isla Guam y Oceanía. La
Descubierta recorrió la costa oeste
de la Isla de Luzón, y la Atrevida
hizo una escala en Puerto Tapia; se reencontraron
nuevamente en Manila y recorrieron Australia
y Nueva Zelanda.
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No 29 de ECUADOR
TERRA INCOGNITA |
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