Hablar del Malecón 2000 es pensar en
un centro de esparcimiento donde se conjugan
jardines, monumentos históricos y sitios
de comercio. En fin, un sitio turístico
para quienes viven y visitan la “Perla
del Pacífico”.
Sin embargo, el Malecón 2000 va más
allá de lo que a simple vista se puede
observar. Es un monumento al espíritu
de la ciudad: cada uno de sus elementos plasma
la historia y constituye la esencia del lugar,
formando parte de la identidad de su gente.
Pero surge una pregunta: ¿tienen las
ciudades identidad? La respuesta es afirmativa:
las ciudades tienen su propia identidad, producto
de su memoria histórica, de la identificación
y diferenciación con otras ciudades.
La identidad de las ciudades es recogida y
procesada día con día por sus
habitantes. Los cabildos son los encargados
de homogeneizar los criterios, reavivar y
reafirmar la identidad de una ciudad determinada,
El Municipio de Guayaquil es un claro ejemplo
de esto.
En ningún momento este hecho niega
las identidades alternas que surgen de interacciones
sociales a partir de edad, credos, costumbres,
condición económica, etc. Al
contrario, la ciudad va aglutinando cada una
de estas posiciones para generar un discurso
propio ante el cual todos sus habitantes se
autodenominan guayaquileños, para el
caso que nos ocupa.
Si revisamos detalladamente los procesos que
ha vivido Guayaquil, podemos observar que
la historia y el medio ambiente son los pilares
fundamentales sobre los que se ha desarrollado
la ciudad, estos responden a tres elementos
clave: migración, comercio y reconstrucción
constante, mediados por la riqueza con la
que cuenta la cuenca hidrográfica del
río Guayas.
Estos criterios, de forma consciente o inconsciente,
han sido retomados al momento de construir
el discurso que, sobre su identidad, hoy en
día maneja Guayaquil. Aquellos están
plasmados en el Malecón 2000. Revisémoslos:
Barca manteña (Edificio del
Banco Central)
En el siglo XVIII, el historiador Juan de
Velasco conjeturó que la ciudad había
sido construida sobre territorio perteneciente
a la cultura Manteño-Huancavilca. Dos
siglos más tarde, Modesto Chávez
Franco lo corroboró. Hoy por hoy, lo
huancavilca es un elemento constitutivo de
Guayaquil. Sin embargo, es importante indicar
que a partir de mediados del siglo XX, sobre
la base de investigaciones arqueológicas
realizadas, se ha evidenciado que el área
del primer emplazamiento de la ciudad estuvo
sobre territorio Chono (arqueológicamente
hablando Milagro-Quevedo).
Pero la representación de lo manteño
y la importancia mítica que tiene se
encuentra vinculada por la tradición
naviera de este aguerrido grupo de indígenas
que habitó en las costas marítimas
ecuatorianas y con la cual es claro que se
identifican sus actuales moradores.
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No 28
de ECUADOR TERRA
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