Los pueblos del Ecuador, a pesar de la embestida
feroz de la modernidad y la globalización,
conservan aún esa magia fresca de los
pueblos andinos, magia que se expresa en su
música, en sus bailes y en sus tradiciones.
El 22 de junio de cada año, la fiesta
del Inti Raymi (fiesta del Sol o la cosecha)
se celebra con euforia en la ciudad de Cayambe.
Esta celebración, también dedicada
a San Pedro (desde la llegada de los españoles),
conservaba hasta hace poco tiempo una curiosa
tradición: un grupo de representantes
de cada una de las comunidades circundantes
se dirigían danzando al parque central
de esta ciudad (cabe destacar que la comunidad
más cercana está a unos 30 km
de sus límites) con la intención
de tomarse simbólicamente el lugar.
La danza se suspendía cuando las parcialidades
(así se llamaba al grupo de bailarines)
se empezaban a disputar el parque. Solo una
comunidad podía ser la ganadora. Entonces
se enfrascaban en encarnizadas luchas que dejaban
escalofriantes saldos de muertos y heridos,
frente a las pupilas asombradas de los habitantes
mestizos que observaban desde los balcones.
Por la tarde, solo quedaba una comunidad representada.
Esta ganaba el título de prioste principal
de la fiesta y era la encargada de cargar la
figura de madera de San Pedro, patrono católico
de la ciudad. Con la imagen a cuestas, los priostes
daban vueltas alrededor del parque mientras
todos los demás festejaban sin parar
durante las ocho semanas de la fiesta.
La sangrienta costumbre fue eliminada. Ahora
las parcialidades mandan a sus representantes
para que bailen alrededor del parque central,
y festejen en paz, compartiendo con los de las
otras comunidades.
Según los habitantes más viejos,
el personaje principal de la fiesta es el Diablo
Uma (cabeza de diablo). Este tiene la misión
de espantar los demonios que acechan las cosechas
y la buena energía, por eso el hombre
escogido para interpretarlo debía ser
el más valiente y honesto de todos.
Hoy la fiesta es diferente, si bien la calle
principal de la ciudad aún se viste de
muchos colores, ya no son solo los hombres y
mujeres de la comunidades cercanas los que bailan
y festejan; ahora, los representantes de instituciones
públicas y privadas, colegios, escuelas
e incluso grupos particulares, también
participan. Su aporte es, por ejemplo, la construcción
de carros alegóricos (adornados con flores
y frutas de la región) y la organización
de comparsas que desfilan al son de la música
popular.
En esta misma fecha se elige a la reina de la
ciudad. Por toda una semana el pueblo se pone
de fiesta. Claro que con el tiempo, el carácter
profundamente indigenista ha desaparecido. Hoy
por hoy se puede ver en el desfile representaciones
que van desde los dragones chinos hasta las
torres gemelas del World Trade Center. Así
también, la música regional ha
dado paso al hip hop, rock, pop y rockola. No
obstante, aún se puede escuchar algún
Sanjuan o Pasodoble.
Los personajes típicos
Según los cayambeños, los personajes
principales de la fiesta no han variado demasiado
con el paso de los años, pero también
es cierto que muchos han ido desapareciendo.
Lee
el artículo completo en la edición
No 24 |
|