Sin
duda, uno de los grupos de aves que más
enigmas plantea a los científicos y que
más cautiva al ojo del observador es
el de los tucanes. Estos fantásticos
alados del bosque viven únicamente en
la América tropical, desde el sur de
México hasta el noroeste de Argentina.
Habitan principalmente en los bosques tropicales,
pero es posible encontrarlos hasta cerca de
los 4.000 metros sobre el nivel del mar.
Están agrupados en la familia Ramphastidae,
emparentada con carpinteros, pedrotes y culebreros.
Se reconocen cuarenta y dos especies en el mundo,
de las cuales diecinueve se encuentran en el
Ecuador.
Los tucanes del Ecuador
De las diecinueve especies que viven en el Ecuador,
cinco corresponden al grupo de los grandes tucanes
del género Ramphastos, entre
los cuales se encuentra el popular diostedé,
muy apreciado entre los campesinos de la Costa
por sus dones de presagio. Este vistoso tucán
anuncia con su característico canto —dios-te-dé,
dios-te-dé— la concesión
de buenos deseos y la buena suerte para quien
lo escucha. Además de su peculiar llamado,
se destacan sus pecheras blancas o amarillas
brillantes, que de tan inmaculadas parecen baberos
recién puestos sobre el plumaje negro
del resto del cuerpo.
A las siguientes seis especies se las conoce
como arasaris y pertenecen al género
Pteroglossus. Una de ellas, el “arasari
pico pálido” o “pili”
(Pteroglossus erythropygius) habita
únicamente en la Costa del Ecuador. Estos
tucanes, más pequeños y estilizados,
viven en grupos compactos de pocos individuos
que bien pueden moverse bulliciosamente por
las copas de los árboles o permanecer
inmóviles, casi imperceptibles, dentro
del follaje del bosque.
Las restantes ocho especies corresponden a tres
grupos menos conocidos, pero no por ello menos
atractivos. Tres de ellas pertenecen al grupo
de los tucanetes esmeralda del género
Aulacorhynchus. Éstos viven
en los bosques subtropicales y nublados, al
igual que el siguiente grupo de tres especies:
los tucanes andinos del género Andigena.
Estos espectaculares tucanes azules, con vivos
colores rojos y amarillos alrededor de la cola
y picos coloridos y llamativos, pueden encontrarse
incluso cerca del páramo. También
se los puede ver en los pocos remanentes de
bosque andino que quedan en los valles cercanos
a Cuenca y Loja. Finalmente están los
tucancillos del género Selenidera,
con dos especies en el Ecuador. Estos habitantes
exclusivos de los bosques tropicales sin mayor
alteración, constituyen el grupo menos
conocido entre los tucanes.
El
dilema de sus desproporcionados picos
La enigmática forma de su pico, de apariencia
voluminosa e incómoda, constituye un
verdadero dolor de cabeza para los estudiosos
de las aves, mas no para los tucanes, como podría
suponerse. Aunque lucen descomunales y parecen
muy pesados, son huecos por dentro, lo que los
hace livianos y fáciles de manejar. Varias
hipótesis se han dado sobre su función,
pero ninguna de ellas resulta completamente
convincente.
Por una parte, a partir de observaciones sobre
su alimentación esencialmente basada
en frutos, algunos científicos concluyeron
que su pico actúa como una extremidad
más. Con él los tucanes pueden
alcanzar frutos tiernos que germinan en el extremo
de ramas y racimos delgados, que con gran dificultad
soportarían el peso del ave si ésta
se posara en ellas para alimentarse.
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No 12
de ECUADOR TERRA
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