Su apariencia es la de un conejo con orejas cortas, o de un cuy oscuro y gigante, de medio metro de longitud. Habita el bosque amazónico, prefiriendo la cercanía de cursos de agua. Es diurna o crepuscular; sin embargo, puede volverse noctámbula donde la actividad del hombre le molesta.
Como otros roedores, se alimenta de semillas y nueces. Su hábito de enterrar las nueces lejos de donde las encuentra es importante para la dispersión y germinación de varias especies de palmas, incluyendo algunas tan duras que no pueden ser comidas por otras especies. De ahí la importancia de la guatusa para el bienestar del bosque y de las poblaciones de muchas palmas útiles al hombre.
Sus grandes patas traseras le sirven para moverse entre la densa vegetación y también para un curioso mecanismo de defensa: cuando se siente amenazada, golpea el suelo con ellas, produciendo un sonido que atrae a otras guatusas que la imitan, hasta que el sonido es tan fuerte que asusta al depredador. También eriza el pelo de su nuca, lo que la hace verse más grande de lo que es.