Las trece especies de pinzones de Darwin constituyen un ejemplo clásico de radiación adaptativa –la aparición de varias especies a partir de un ancestro común. En los pinzones es evidente: especies muy parecidas que habitan islas cercanas. Las especies se diferencian por la forma y tamaño de los picos, que les permiten explotar los diferentes alimentos disponibles en cada isla y, en las islas en que coexisten especies, evitar la competencia especializándose en un tipo de comida. Así, hay pinzones con gruesos picos para partir semillas, mientras otros los tienen delgados y filudos para horadar en troncos.
Precisamente, lo más peculiar del pinzón vampiro es su dieta. G. difficilis es de aquellos pinzones con picos delgados, y su nutrición consiste de semillas, invertebrados o néctar de flores. Sin embargo, la subespecie de Wolf y Darwin, cuando estos recursos escasean, bebe la sangre de otras aves. Con su pico hace pequeñas incisiones entre las plumas de piqueros de Nazca y enmascarados. Los piqueros no parecen molestarse. Se piensa que lo aceptan porque beber sangre fue descubierto accidentalmente, cuando los pinzones espulgaban a los piqueros. También se alimentan de huevos robados a otros pájaros.
Como toda especie endémica confinada a islas, es vulnerable.