N° 61 - septiembre octubre 2009
 
 
 
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Bejuquillo


Clase: reptiles
Orden: squamata
Familia: colubridae
Nombre: Oxybelis brevirostris
Distribución: bosques húmedos tropicales de Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá y la costa de Colombia y Ecuador, hasta ochocientos metros sobre el nivle del mar.

 

Esta culebra es diurna y arborícola. Su alargada forma y colaración críptica son sus mejores armas. Ellas le permiten permanecer estática, simulando una rama, en espera de sus desprevenidas presas. (De ahí su nombre de “bejuquillo”; en inglés, “culebra enredadera”.) Esta especie es verde, para camuflarse en el bosque húmedo en que vive; otras especies del mismo género en lugares más secos (por ejemplo O. aeneus), tienen coloración más café o grisácea.

Mantiene la lengua afuera casi todo el tiempo, cosa rara entre las culebras, que más bien la meten y sacan, utilizándola como órgano sensorial. Se piensa que en este caso, además de funciones olfativas, la lengua sirve para atraer insectos para comérselos. También se alimenta de lagartijas, sapos y pequeñas aves y mamíferos. Otra adaptación es su capacidad de mantener todo el cuerpo en el aire, apoyándose solo en la cola, para alcanzar sus presas entre las ramas.

Al igual que otros colúbridos, el cordoncillo tiene veneno para paralizar sus víctimas, pero no es peligrosa para humanos, pues carece de los colmillos acanalados con que las bívoras inyectan su veneno.

Como la mayoría de especies de la costa ecuatoriana, su futuro es incierto por la desaparición acelerada de los bosques en que habita.

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