Para llegar al significado de estas palabras
habría que recurrir a especialistas
en mitos y en investigaciones antropológicas
prehistóricas. Pero, en este caso,
solo nos contentaremos con decir que las utilizaremos
para designar a ciertas presentaciones de
alimentos en la cultura de los ecuatorianos.
Son, en los dos apartados, metáforas
comunes, es decir que todos entienden porque
los aspectos comparados son de fácil
verificación. Cabello de ángel
es un fideo muy fino que se sirve para componer
sopas delicadas hechas con agua o con leche.
En casos especiales se añade pechuga
de pollo, media papa y cebolla larga. Generalmente
la sopa de cabello de ángel va con
queso fresco y nada más. Recomiendan
este alimento para dietas blandas o para después
de haber sufrido ligeras indisposiciones digestivas.
Por cierto, no habría manera de comprobar
si los fideos son tan finos como los cabellos
de los seres celestiales.
Rodilla de Cristo es un pan que se expende
en el Azuay. Es un pan mestizo, algo gordo
y muy horneado. En crudo se lo adorna con
queso desmenuzado y pintado con achiote, de
modo que con el calor este queso se diluye
y quema. Adquiere una forma similar a las
laceradas rodillas de Cristo, tal como se
las representa en las esculturas de Pampite
o de Sangurima.
El término guagua, del quichua, se
acostumbra para designar el pan de finados
o mejor, para comerlo el día de difuntos.
Es curioso, pero a la guagua de pan se opone
el soldado de pan. No queda aquí la
metáfora, también se dice guagüito
de carne, que no es otra cosa que carne molida
rellena con zanahorias, huevos duros y aceitunas.
En este apartado puede incluirse el niño
de col: hoja de col cocida y rellena con carne
molida, aceitunas y huevos duros. No se nos
quita que este último plato algo tiene
que ver con la tradición de la Europa
Central.
Ya no es metáfora el locro de uñas
porque su nombre no alude a semejanza alguna
sino a la confección del locro que
se lo hace con papas hervidas y peladas con
las uñas.
Otras metáforas son claramente de origen
español, pero posiblemente olvidadas
en la Península, éstas son:
dedos de dama que en Ecuador se sirven con
champaña –licor que en nada se
parece al original– con ocasión
de grados, matrimonios casi siempre teatrales,
inauguraciones de obras públicas, condecoraciones,
bautizos de locales barriales, etc. Los suspiros
que van muy bien con crema pastelera y los
brazos gitanos que muy recios aparecen en
las ferias locales y en los toros populares.
Vayamos ahora con la escatofagia. Pocas metáforas
hemos podido recopilar: caca de perro, que
no es otra cosa que el maíz garrapiñado.
Dulce de buena presencia y delicioso. Sobra
la explicación. Caquitas del Niño
se decía en algunos lugares a los buñuelos
de Navidad, expresión que revela la
versión muy humana y americana del
misterio de la Encarnación.
No fue necesario entrar en la etimología
de las palabras. Todos conocen estos manjares,
aunque se nos escapan esas finas galletas,
similares a los dedos de damas, denominadas
lengüitas y las orejas que por ser unas
pastas muy grandes hostigan a los niños.
En fin, la gente que concurre a la feria –la
mayoría de la población, porque
la minoría tiene tarjetas para los
supermercados y comisariatos– compra
una mano de plátanos o una cabeza de
verdes. Hay quienes buscan, para curarse del
riñón y la vía urinaria,
una porción de pelo de choclo, este
sí muy similar a las muy cuidadas cabelleras
de los ángeles.
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